Os guardo los besos

Photo by Christophe #1 on Foter.com / CC BY-NC-ND

¿Quieres escucharlo? Pincha aquí.

No penséis que os vais a librar. No, no, no. No penséis que se van a perder en una suerte de limbo de besos y abrazos no dados. Ni de coña.

Me los estoy guardando todos en el corazón. Cada uno con su etiqueta pertinente. Pongo la fecha, la hora y el destinatario, ya sea de un beso o de un abrazo, y los guardo. Llevo ya unos días haciendo acopio de besos y abrazos. De todos los que os hubiera dado estos días y no puedo. Se quedan aquí, conmigo, a la espera de poder ser compartidos.

Sé que volveremos a abrazarnos, a besarnos y a tocarnos. Sé que volveremos a sentirnos en carne y beso. Es lo que más estoy echando de menos estos días: tocaros.

Os veo a través de las pantallas y os siento y, sin embargo, añoro teneros cerquita. Piel con piel. Ya os avanzo que los achuchones que os esperan a la vuelta de la esquina, van a ser tremendos.

En estos días raros que nos ha tocado vivir, compañer@s, en los que el futuro se ha vestido de incertidumbre y el presente nos contrapone con lo que somos, siento como emergen a borbotones la solidaridad y la empatía. Veo nítida esa red invisible que une nuestros balcones y nuestras ventanas y que los teje de una tela de amor entre todos: una red invisible que nos sostiene. Que siento que me sostiene. Así que, gracias.

Mientras bailo con el teclado mi vecino hace runnig en su casa y oigo como sus pisadas pasan por encima de mí cada 15 segundos. Son días raros, sí.

En esta introspección, marcada a golpe de decreto, aprovecho para abrazarme. Siendo sincera no hay mucha más opción que abrazarme a mí misma. Exceptuando mi gata, no hay mucho ser vivo alrededor. Pero me conozco, soy escapista por naturaleza, y podría también escaparme de la invitación a poner en orden los armarios (y no hablo de los de la cocina). No, hablo de aprovechar las circunstancias para dar un paseo por dentro y ver cómo están en las cosas.

Me invitan estos días a ver cómo tengo mi casa, cómo andan las entretelas de mi alma. Lo que sobra y toca soltar, lo que falta y toca construir. Aprovecho para ventilar el interior y para ver cómo me caigo. ¿Me caigo bien, mal o regular? No nos va a dar la vida muchas oportunidades, espero, como esta para hacer parada y reseteo.

Me abrazo a todo lo que soy. Lo intento. A esa parte más luminosa y bella, esa que os muestro. También a la parte más oscura, esa que os oculto; ese Darth Vader que todos tenemos dentro y al que cuesta más darle un abrazo. Normalmente es quien más lo necesita. La parta herida y rota.

Cuanto más me abrazo, más cerca me siento de vosotros y vosotras. Así que en estos días en los que estamos privados de besos y abrazos, yo me los doy a mí misma y cuanto más entro en mí a explorar la ternura que alberga mi pecho, más cerca os siento.

Así que, lo dicho, nos vemos dentro.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *